domingo, septiembre 28, 2008

¿Qué pasa con la Escuela de Trabajo Social de la Valparaíso?



A pesar de que ha pasado el tiempo, la Universidad de Valparaíso no ha dejado de estar en el tapete de la discusión, en un momento fue por la salida del ex rector Juan Riquelme, después por las elecciones del nuevo rector, luego por diversas irregularidades detectadas en donde la Escuela de Trabajo Social ha tenido su parte también, ahora último por el cierre de las diversas sedes que fueron abiertas en la administración de Riquelme con el objetivo de expandir a la Universidad y que muchas de esas decisiones llevaron a la Universidad al colapso financiero por todos conocidos.

Un tema que me ha dado vueltas desde hace tiempo es la situación que vive la Escuela de Trabajo Social, que hace pocos días debía de haber elegido al nuevo(a) director(a). Como a la gran mayoría de los egresados y titulados de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso, me preocupa de sobremanera la situación que vive nuestra casa de estudios. Además entiendo las repercusiones que puede tener en nuestro desarrollo profesional. Como docente de otra casa de estudio del Consejo de Rectores, hemos vivido el proceso de acreditación el año recién pasado y en este año nos encontramos en todo el proceso de seguimiento y monitoreo de la misma. Este proceso es bastante riguroso y exigente y no entiendo como la Universidad de Valparaíso ha podido avanzar en este proceso, a la luz de todas las irregularidades que por los medio de comunicación se han conocido. Y para no ahondar en la acreditación de carreras profesionales en donde no sólo la calidad de los docentes es importante, sino que además si cuentan con la especialización de los mismos. No es posible que la Escuela cuente con una planta de profesores de jornada completa y al momento de querer ubicarlos, ese sólo hecho ya es toda una odisea, puesto que la gran mayoría de ellos ejercen labores de docentes en otras casas de estudios, ya sean públicas o privadas, yo me pregunto: ¿los días de estos docentes tienen más de 24 horas?
Esto tiene directa relación con la calidad de los/as egresados/as. Producto de mi otra labor profesional, dirijo una oficina donde constantemente recibíamos alumnos en práctica y seminarios de título, pro lo que conozco de primera fuente el desempeño de estos en una institución, para mi pesar, estos cada día cuentan con menos herramientas para hacer frente al ejercicio profesional. Por muchos motivos, nosotros como institución ya no recibimos alumnos/as de la Universidad de Valparaíso, hemos optado por trabajar con Universidades que si tienen la intención de realizar un proceso de formación de estudiantes de manera coordinada y no ver a los centros de práctica como meros receptáculos donde mandar alumnos/as. No estamos, como oficina, dispuestos a mendigar migajas, puesto que nuestro ejercicio profesional es de excelencia y no vemos a los alumnos/as como utilitarios para alcanzar un objetivo particular, sino que ser participes de un proceso de formación integral.

Como estudiante también fui participe de muchas movilizaciones que buscaban mejorar las condiciones tanto globales como particulares de la formación profesional de los estudiantes de la Escuela, por lo que cada vez que nuestra casa de estudios sale en algún medio de comunicación muchas emociones me visitan y por más que en algún momento allá decidido marginarme de toda discusión, hay un no sé qué, que me lleva a preguntarme si es necesario preocuparse, si es necesario hacer algo, más allá del cariño que le puedo tener a mi alma mater, que ya de alma tiene muy poco y como mater es muy negligente.

Son tantos los recuerdos que tengo de esa Escuela, son tantas las cosas que viví no sólo en sus aulas, sino que en la relación con las distintas generaciones, muchas discusiones, muchos desencuentros, pero al fin y al cabo son experiencias que hasta el día de hoy me sirven en mi desempeño profesional. Obviamente, me gustaría ver una Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Valparaíso fortalecida y no arrodillada a las "mafias" que en su interior se ocultan. Ojalá fuera una Escuela democrática, pero eso asusta hasta los que en su momento fueron "jóvenes libertarios" como en el caso de muchos de sus profesores acomodaticios y monopólicos.

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